sábado, 6 de septiembre de 2014

Suicide Club (2002)





Dirección:  Sion Sono

Guión: Sion Sono



Nacionalidad: Japón
Reparto: Ryo Ishibashi, Akaji Maro, Masatoshi Nagase, Saya Hagiwara, Hideo Sako, Takashi Nomura, Tamao Satô, Mai Hosho, Yoko Kamon, Rolly, Kimiko Yo, Katsuhiro Watanabe
Sinopsis: 54 chicas se tiran a las vías del tren. Este suceso es sólo el principio de una serie de suicidios en cadena que se extiende por todo Japón. ¿Tendrá algo que ver el nuevo grupo musical Desert? El detective Kuroda intentará encontrar la respuesta, que no será tan sencilla como él desearía... (FILMAFFINITY)






Algo huele a podrido en Japón. Eso debió de pensar Sion Sono cuando ideó el guión de esta peculiar película titulada Suicide Club, título ya de por sí llamativo, tanto como lo es también la premisa en la que se inicia, 54 colegialas japonesas se suicidan en grupo lanzándose con alegría sobre las vías del tren.


A partir de aquí nos moveremos dentro de una sociedad aborregada por grupos musicales jpop, andrógenos psicópatas contaminados por sus delirios de grandeza y la búsqueda de la notoriedad sobre todas las cosas unido a la dictadura de lo cool que arrastra a la juventud en una marea de violencia exacerbada que desprende litros de sangre que inundan con saña nuestras retinas. Sono no se toma en serio su trabajo, ridiculiza mediante la exageración los elementos perniciosos de la sociedad nipona contemporánea, y es por ello que induce aspectos concretos sobre la irrupción de las nuevas tecnologías en la despersonalización del individuo que busca hallar algo más profundo y verídico que lo que está condenado a vivir en un mundo gobernado por lo vulgar. 


Uno no puede evitar rememorar obras japonesas casi coetáneas como el anime Seriel Experiments Lain (1998) o la obra de Shinji Iwai Todo sobre Lily (2001), la primera por el papel de Internet a la hora de acercar a una preadolescente a un nivel espiritual superior y la segunda, por valerse también de Internet a la vez que de un ídolo musical adolescente para “flotar en el éter”, algo similar a lo que plantea Suicide Club cuando se invita a sus protagonistas, envueltos en un halo de misterio dentro de un trama detectivesca, a conectarse tanto con los muertos como con los vivos, llevando a cabo una honda reflexión sobre su propio estado individual, su relación con los demás y a plantearse si desean permanecer vivos o por lo contrario prefieren la muerte. Se trata de un dilema también tratado, de una manera similar, en el anime ideado por Hideaki Anno Neon Genesis Evangelion (1998).




Suicide Club termina de manera abrupta, despejando algunas dudas y dejando muchas más abiertas, acusando sin piedad a una sociedad enfermiza y regalando al espectador un seguido de imágenes de gran belleza técnica acompañada de temas musicales que saben dotar de poder y significado a las más delirantes y sardónicas escenas.  Algo más que meritorio teniendo en cuenta que es una película que no toma muy en serio a sí misma.
 

Luis Suñer


 

 

2 comentarios:

  1. Bueno pues no pinta mal. La veré y te digo.

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    1. En la línea satírica de películas como Battle Royale o Visitor Q. Curioso acercamiento cinematográfico nipón a la sátira de la sociedad (sobre todo joven) japonesa de finales del siglo pasado y principios del nuevo.

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